Bioética: Uma arma na cruzada do Vaticano contra os direitos sexuais e reprodutivos das mulheres

Por Lúcio Costa – advogado gaucho, especialista em Direito Civil e pós-graduando em Direito Municipal – no site das Católicas Online em 04/01/2011

O Vaticano começou a envolver-se nas questões de bioética em meados da década de noventa do século XX. A hierarquia católica e seus teólogos constituíram uma corrente de bioética, a qual foi designada de “bioética personalista ontologicamente fundada”, que tem no cardeal italiano Elio Sgreccia seu principal representante1.

Em 1994 foi fundada a Academia para a Vida, da qual atualmente o cardeal Sgreccia é o presidente emérito, com o objetivo de monitorar os avanços na biomedicina e no direito que “afetem a moral cristã e o Magistério da Igreja”. Em 2005, o cardeal fundou Academia Pontifícia pela Vida. Ademais, foi o responsável pela criação do Instituto de Bioética da Faculdade de Medicina e Cirurgia da Universidade Católica de Roma bem como se lhe atribui a iniciativa de constituir outros 45 institutos de bioética católica ao redor do mundo. Em 2008 o papa Benedito XVI declarou o Ano da Bioética.

O objetivo da hierarquia católica é conferir legitimidade cientifica ao discurso do Vaticano frente aos temas da bioética e, em especial aqueles que envolvem a autonomia do Ser Humano e das mulheres na tomada de decisões sobre sua vida e seu corpo.

No terreno da disputa social o Vaticano almeja formar militantes católicos alinhados a cúria romana e aptos a impulsionarem os ditos “movimentos em defesa da vida”, verdadeiras tropas de choque do conservadorismo com a missão de impedir a consagração dos direitos sexuais e reprodutivos.

Operando a retaguarda, mesmo diante de diplomas legais restritivos, como o Código Penal da Republica Argentina, que prevê a interrupção não punível da gravidez apenas nos casos em que se destine a evitar danos à vida ou a saúde da mulher e face a estupro de mulher mentalmente incapaz2, a hierarquia da Igreja Católica impulsiona a constituição de redes de profissionais da saúde obstaculizem e impeçam a consolidação e o exercício destas possibilidades legais.

A matéria abaixo, publicada no jornal argentino PAGINA 12 no 03/01/2011, dá conta de como conspira o Vaticano contra os direitos das mulheres.

fonte: http://www.abortoemdebate.com.br/wordpress/

Impedirás los derechos sexuales y reproductivos

La UCA y la Universidad Austral forman “especialistas en bioética” que luego operan en los comités de los hospitales. Enfermeras ligadas a la Iglesia alertan sobre los pedidos de aborto no punible. Y hay abogados que completan el trabajo de pinzas.

Por Mariana Carbajal – Página/12

La Iglesia Católica formó un ejército de especialistas en bioética que se desempeñan en hospitales públicos, con la intención de influir a través de los comités de bioética en las decisiones que tienen que ver con la regulación en torno al inicio, la reproducción y el fin de la vida y los límites de la ciencia. Particularmente les interesa obstruir el acceso a los abortos no punibles, entre otras prácticas legales sobre salud sexual y reproductiva, con el argumento de que es la Iglesia Católica y no el Estado la que debe establecer las normas de lo posible en lo concerniente a la vida de los individuos. Enfermeras formadas en cursos de la pontificia Universidad Católica Argentina (UCA) y de la Universidad Austral, ligada al Opus Dei, son las que alertan cuando una mujer solicita la interrupción voluntaria del embarazo amparada en los permisos vigentes. La tropa se completa con médicas y médicos, otros profesionales de la salud y también abogados, que son quienes concurren a los debates parlamentarios sobre las reglamentaciones para los abortos no punibles, y litigan en tribunales federales y locales contra el Programa Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, y en la judicialización de los casos de aborto no punible. Es significativo que los planes de estudio con los que se forman, en algunos casos, están avalados por el Estado, a través de su aprobación por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau).

El tema está siendo investigado desde el CEIL-Piette-Conicet, que encabeza Fortunato Mallimaci, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y presidente de la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del Mercosur. Para contrarrestar la influencia de los especialistas en bioética que defienden los preceptos morales que imparte el Vaticano y pretenden imponerlos a toda la población, desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el médico experto Juan Carlos Tealdi, director del Comité de Bioética del Hospital de Clínicas, está trabajando en la conformación de una red de especialistas con perspectiva de derechos humanos, que ya cuenta con 76 miembros que se desempeñan en hospitales públicos de distintas partes del país. Han elaborado un consenso con varios puntos a defender, entre ellos, el acceso al aborto no punible.

 

La estrategia

 

“La alta formación es la estrategia que les permite ganar concursos y ocupar lugares de decisión en el ámbito de la salud pública”, explicó a Página/12 un investigador del Conicet que les está siguiendo los pasos a los bioeticistas católicos desde hace un par de años, pero prefiere mantener el anonimato para evitar que le pongan obstáculos a su estudio, una tesis doctoral, dado que suele participar de las clases, jornadas y seminarios en los que se recibe capacitación. Este diario accedió a algunos de los avances preliminares de su investigación. “Desde la academia confesional, docentes universitarios, investigadores e intelectuales, forman profesionales de la salud abogados e ‘interesados en la bioética’ para dotarlos de herramientas teóricas y conceptuales que les permitan tomar decisiones en su práctica profesional. Uno de los principales intereses es que estos ‘interesados en la bioética’ integren comités hospitalarios en el sistema de salud pública”, explicó el investigador a este diario. La formación implica no solamente maestrías y especializaciones de posgrado sino también cursos cortos donde se analizan casos de aborto, eutanasia, trasplante de órganos y también reproducción asistida, detalla uno de los papers.

Una de las estrategias que utilizan para frenar los abortos no punibles es la demora: postergan las decisiones con la idea de que el embarazo avance y sea cada vez más complicada su interrupción. También tratan de influir sobre la mujer o los familiares que la acompañen, sobre todo en el caso de menores de edad, transmitiéndole la falsa idea de que un aborto puede poner en riesgo su vida, cuando –se sabe– es una intervención más segura, incluso que un parto, si se realiza en condiciones adecuadas (ver aparte).

La UCA y la Austral son dos de los sitios encargados de la capacitación y formación de los agentes católicos especializados en bioética. Los docentes que se consideran “maestros” formando “discípulos” –describe la investigación– son generalmente filósofos y médicos que han realizado posgrados y especializaciones en bioética en universidades de Europa y Estados Unidos. “Actualmente, las primeras cohortes de egresados de posgrados en las universidades confesionales locales ya están comenzando a dictar sus propios cursos”, indicó el investigador. Se caracterizan, agregó, por hablar “desde la ciencia”, aunque los mueve una misión celestial. “Ellos están convencidos de que así van a ir al cielo, creen que están haciendo un bien a la Humanidad”, contó. Incluso recordó que en una jornada de la UCA se llegó a analizar el caso de una mujer que tenía un embarazo de un feto con una malformación genética por la cual morir

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